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Canciones que son la muerte

"Morir ansiara", "Cerquita del corazón", y "El pirata". Nuestro cancionero popular y el tema de la muerte.

Publicado: 2014-07-22

La muerte esta presente en muchas canciones. Normalmente (en estas canciones) el hombre que mata a la mujer por celos. El grupo vasco de rock Platero y Tú tiene una canción que es machista desde el título: “La mate porque era mía”. En el Perú somos más sacrificados que machistas. Estamos dispuestos a morir por el ser amado. Mejor aún, estamos dispuestos a morir en el ser amado: “Morir ansiara, si me ofrecieras, / como sepulcro tu corazón,/ sería esa muerte, mi único anhelo,/ porque es muy dulce morir de amor” dice una polca de Manuel Covarrubias.

Por cierto la muerte también tiene que ver con la violencia y en la época de los dos terrorismos (el de SL y el del Estado) salieron algunas canciones con ese tema como “Cerquita del corazón” de Chalena Vásquez que cuenta la historia de un charanguista que tenía su instrumento debajo del poncho. Lo mataron en la creencia de que se trataba de un arma.

¿Quién dijo que su charango

es arma para matar?

¿quién quiso matar sus sueños?

¿quién quiso matar su amor?

¡cómo si matar pudiera

la magia de su canción!

debajito de su poncho

cerquita del corazón.

Pero en torno al tema de la muerte la canción que más me ha llamado la atención es “El pirata”. En primer lugar porque su tema no es el amor o la violencia sino la muerte misma. Pero es la muerte convertida en un espejo de la vida. Se trata de que la muerte sea tan azarosa como la vida: Así como he vivido al azar, al azar quiero irme.

El protagonista del vals pide que una vez muerto arrojen su cadáver al mar. Pero no lo hace solo por que no quiere ceremonias fúnebres sino sobre todo porque el mar es luz, movimiento, libertad, azar. En ultima instancia vida, la posibilidad de volver adonde se ha sido feliz. La tierra en cambio (y más aún la tumba) es inmovilidad, prisión. Hagamos un recorrido de los versos para ver como la canción se estructura desde esta dualidad.

Mar:

Los faros de los barcos, me alumbrarán cual cirios

Así como he vivido al azar, al azar quiero irme /a otras playas mecido en la hamaca de la mar

Quiero como un velero irme a la eternidad.

Mis manos en cruz que sean cual dos velas, / un barco mi cadáver que ambule por el mar. / Y volveré quién sabe, a ver aquellos puertos / que en vida vi y donde no pude retornar.

Tierra/ tumba:

No quiero que me entierren, no quiero estar inmóvil /¡Oh qué angustia tendré dentro de un ataúd! /Más que los tiburones me espantan los gusanos.

Que sí temo a la muerte más que a ella misma /es por esa parálisis de la inmovilidad.

Lo primero que se hace en la canción es pedir que no haya ritos funerarios (Yo no quiero una tumba, ni una cruz, ni corona, / ni tampoco una lágrima, me aburre oír llorar /Ni tampoco me recen…). Pero yo creo que no es posible entender toda la dimensión de esta primera estrofa sin referirse a todo el poema. Si la muerte es la continuidad de la vida, si es tan azarosa como ella, si no interrumpe mi libertad, entonces no es muerte. Los llantos y rezos están de más.

Sólo a partir de la movilidad y de la libertad se puede estar realmente tranquilo. Tranquilidad, tomar las cosas sin agobiarse, no es lo mismo que inmovilidad. La prisión agobia, la libertad relaja. Y entonces termina el vals:

Que mis últimos sueños los arrullen las olas,

quiero morir tranquilo y sentir la quietud.

[El 19 de julio de 2014 se cumplieron 37 años del Paro Nacional que obligó a Morales Bermudes a llamar a elecciones para Asamblea Constituyente. Uno de los protagonistas de esos trabajadores que impusieron a la CGTP el Paro, Roberto Chiara, después fue asesinado por Sendero Luminoso. Su vida sigue siendo un faro en este mar de la vida y de la muerte]


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Me sale espuma

"Quiero escribir, pero me sale espuma"