Lennon vive en Maranga
Los 80 eran años en que todavía se vivía con fe. Es cierto que Sendero ya había comenzado a matar y que la democracia no había resultado tan feliz como se pensaba. Pero la izquierda había sido una fuerza real en la Asamblea Constituyente de 1979 y aunque el fraccionamiento en las elecciones presidenciales nos fue fatal (esto es un mea culpa) el año 83 se ganó la Municipalidad de Lima. En la cultura vivíamos los tiempos de la poesía erótica escrita por mujeres. Carmen Ollé había publicado sus Noches de Adrenalina el 81. En las artes plásticas los contestatarios de EPS Huayco rechazaban las galerías y hacían su Sarita Colonia en los cerros de Lima.
El 86 un grupo de jóvenes de San Miguel forma el grupo Lennon. “Nuestra intención fue conocer la obra musical y filosófica del autor de Woman, Imagine, Power to the people, y claro ser también soñadores. Nuestra única arma en estos años de violencia irracional siempre han sido las flores”, dice Jhonny Marina, fundador del grupo.
En verdad eso no era todo. Pedro Ramírez nos da un dato más: “Un viejo amigo, Rafael Tapia, quiso ser alcalde de San Miguel; desprovisto de toda ayuda, incluso de su frente político, decidimos darle la nuestra. No sirvió para que gane las elecciones, pero si para unirnos por otros objetivos. Una vez agrupados nos pareció tonto desperdiciar esa cohesión”. El frente político al que se refiere era, por supuesto, Izquierda Unida. La izquierda de entonces daba más importancia al trabajo en los sectores populares y San Miguel era clase mediero.
En verdad el grupo Lennon escapaba totalmente a la dinámica de la izquierda de entonces. Para el militante la organización popular tenía sentido para luchar por alcantarillado, agua o luz. En San Miguel esas necesidades las teníamos cubiertas. Como dice Pedro Ramírez “No pertenecíamos a un sector popular. Como clase media, difícil de organizar, necesitábamos promover vida, contagiar alegría, dar ejemplos de solidaridad, decir no a la violencia, y en eso no funcionaban las acciones del Estado ni la de los partidos políticos”.

Mural dedicado a Lennon, con Pedro Ramírez al pie, foto tomada del blog controversiarte.blogspot.com de Herbert Rodríguez.
Es en ese marco que un grupo de pintores, ligado al EPS Huayco, decide pintar un mural enmarcado siempre en una actitud urbana de creación total. Eran Herbert Rodríguez, Elio Martucelli y Alfredo Márquez. Pero detrás de ellos éramos los jóvenes de entonces. Aunque yo era de los más viejos tenía casi la mitad de los años que tengo hoy. El mural, de 6 metros de largo con 5 metros de ancho está ubicado en un parque que la Municipalidad de la Perla llama simplemente “Parque número 1” pero que los vecinos conocen como Parque Lennon.
Rafael perdió las elecciones pero el grupo y el mural cambiaron este pedazo de la ciudad. Desde esos tiempos roqueros, artistas, poetas y en general jóvenes se reúnen desde el mediodía hasta el alba para mostrar y ofrecer un poco de creatividad al aire libre, rompiendo así las barreras del arte pasivo que nos condena a ser siempre “mesa que más aplaude”. Ese día se toman las calles con lo que Mario Vallejo ha definido como “una propuesta integral en post de un mundo donde el arte y la música, dentro de una línea de paz interior, logren justificar la existencia de un mundo mucho mejor”. Por cierto, cuando digo jóvenes me refiero a quienes ciertamente lo son y a quienes todavía guardamos un poquito de juventud para sacarlo el 8 de diciembre. Lennon sirve así de vínculo entre generaciones.
Podría mencionar a muchos conocidos que han participado ahí. Me acuerdo de “Cachuca”, el líder de Los Mojarras o Piero Bustos, cantante del grupo de rock fusión “Del pueblo y del barrio”. Pero siempre son uno más, sencillos como la ron cola que se toma en esa fiesta.