Los vecinos de la Avenida Arequipa han presentado un recurso de amparo defendiendo, entre otros, su derecho a los espacios públicos, o como dice la Constitución, a vivir en un ambiente equilibrado y adecuado para la vida. Ojo que no se trata de vivir en cualquier ambiente, sino de uno adecuado para la vida. Y no se trata de empeorarlo, como resulta obvio para cualquiera que no se llame Castañeda.

Para los vecinos la Avenida Arequipa reúne, o mejor dicho reunía, dos condiciones para ser considerada un ambiente adecuado para la vida. Por un lado era uno de los pocos sitios de Lima donde uno tenía un Parque Central donde caminar bajo la sombra de grandes árboles y una ciclovía de seis kilómetros de largo. Por otro es una avenida histórica, fundada para el centenario de la independencia, con participación de varios países, de algunas familias notables como los Miro Quesada y donde podemos apreciar una escultura del belga Constantin Meunier (1831-1905) junto a edificios de precioso diseño. La cultura y la naturaleza unidas como pocas veces ocurre. 

Carlos Andaluz Westreicher dice que el medio ambiente debe verse como un “conjunto de elementos sociales, culturales, bióticos y abióticos que interactúan en un espacio y tiempo determinado”. Esto significa que no basta trasladar los árboles a otro sitio. El tema no es cuántos árboles tiene Lima sino cómo cumplen estos la función de crear ambientes apropiados para la vida. Por ejemplo el Paseo de los Héroes Navales, frente al Palacio de Justicia, es un área verde. Pero nadie se pasea por ahí. La cantidad de tránsito lo hace imposible. Una alameda entre dos pasos a desnivel sería peor todavía.

La Municipalidad de Lima no es propietaria de las avenidas como podría serlo de una mesa o un auto. Según sentencia del Tribunal Constitucional se trata en todo caso de una forma propiedad especial en la que cumple más bien una función de protección de un bien destinado al uso de todos. Aunque la Constitución no dice nada del derecho a los espacios públicos, las sentencias del Tribunal Constitucional son suficientes como para decir que este derecho existe. El Tribunal Constitucional es el que da vida a la Carta Magna. Es más, hay sentencias del Tribunal Constitucional que defienden parques de Lima, como el Ramón Castilla de Lince. Incluso el propio cruce de Arequipa y 28 de Julio que está en debate, ha sido protegido por la Municipalidad de Lima y el Tribunal Constitucional contra Enrique Morello que quería poner un grifo.

En lo que se refiere a bienes culturales hay que recordar que tanto el Parque de la Exposición, la Avenida Arequipa, el Parque Hernán Velarde son Ambiente Urbano Monumental y por eso no solo los defiende la Constitución sino Convenciones Internacionales como la de San Salvador. El patrimonio constituye un elemento del consenso nacional, del reconocimiento de nuestras tradiciones y de nuestra herencia cultural. En definitiva de nuestra autorepresentación como pueblo. El pronunciamiento de INCOMOS-Perú defendiendo los bienes culturales es de primera importancia.

Y hay otros derechos violados. Por ejemplo el de participación ciudadana. Por ley los Estudios de Impacto Ambiental deben aprobarse previa información y talleres de participación medioambiental con los interesados. Pero en este caso eso no se ha dado. Es mas, ni siquiera se ha querido dar la información solicitada por los vecinos. Yanas Arroyo ha ganado un habeas data que obligara a hacerlo. Para la municipalidad ni siquiera existen los vecinos, en el Estudio de Impacto Ambiental se menciona como actores a transportistas y peatones. Como si fuera una pista en medio de la nada.

El derecho a la vida es violado toda vez que el Parque Central era el refugio natural en caso de sismos. Hay que tener en cuenta que solo si contamos los estudiantes de la UTP hay más de 8000 personas diarias en la Avenida Arequipa. En el caso de los vecinos que presentan la demanda muchos de los que viven en el Edificio Angélica son de la tercera edad.

La vida es el bien más preciado. Sin él los demás dejan de existir. Además “la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado” según nuestra Constitución. Pero, si así no fuera, sólo se puede sacrificar un derecho si es que se va a conseguir algo a cambio. Los pronunciamientos del Colegio de Arquitectos, la Universidad de Ingeniería y la Unión de Estudiantes de Arquitectura de Lima dejan claro que con el paso a desnivel no se logra nada. No sólo es ilegal, es inútil.

Y por último el derecho a la propiedad. Se podrá decir que los vecinos seguirán siendo dueños de sus casas. Pero ellos, en algún momento de su vida, decidieron vivir en una avenida que era Ambiente Urbano Monumental y ahora les están cambiando radicalmente su hábitat. No solo te despojan de tu propiedad cuando te roban. O mejor dicho también es un robo hacer que tu propiedad sea inhabitable.

El recurso de amparo ha sido redactado por un equipo en que no sólo han participado abogados sino también personas dedicadas a la defensa del patrimonio, a los estudios culturales, a las reflexiones sobre la ciudad. Los vecinos han tenido también una participación significativa. Destacan en el equipo Anahí Vásquez de Velasco, Ricardo Cano, Bia Cortez, Algemiro Julcapoma, Alberto Martorell Carreño, Jimena Oliart, Gonzalo Ramos del Aguila, Carla Lucía Bárdalez y Carlos Andrés Herrera. Para mi ha sido un honor presidir este equipo y estoy agradecido a todos. 

Vamos a ganar.