El Perú tiene muchos problemas que afectan su democracia. Los gobernantes hacen lo que buenamente quieren sin que haya mucha posibilidad de reclamo. Hasta juran “por Dios y por la plata”. Una de las pocas leyes que tienen un componente democrático es la 27466 que crea el Sistema Nacional de Evaluación de Impacto Ambiental. No sólo obliga a hacer talleres participativos en los que los posibles afectados (a favor o en contra) de una obra pueden dar sus opiniones, participar en la elaboración del Estudio (EIA) o la Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Hace que sin estos talleres cualquier trámite sea nulo.

Sin embargo esta ley es permanentemente violada. En muchos casos solo dejan entrar a los talleres a los que no se oponen a los proyectos de inversión. A los otros les queda el camino del conflicto como única vía y luego los acusan de “terroristas antiinversión”. En el caso del paso a desnivel de la Avenida Arequipa la empresa recién ha pedido a los vecinos que se coordine una reunión cuando se van a cumplir tres meses después de iniciada la obra. Es evidente que no se trata de participar en la elaboración de ninguna DIA, esta ya está aprobada.

Por supuesto los vecinos se han negado a participar en esta farsa y por el contrario han comenzado los trámites legales para anular la resolución del Ministerio de Transportes que resulta totalmente ilegal.

Aquí la carta de los vecinos a la empresa.