Hoy comienza el Encuentro Nacional de Mujeres de Argentina. Las calles y plazas del Chaco están llenas de feminismo. En medio de este panorama Paula Monteverde ha hecho llegar una carta para que no hayan más muertas por la violencia colombiana. La reproduzco

Queridas amigas:

Quiero saludar el encuentro de mujeres de Argentina. Ahí donde las mujeres nos reunimos, conversamos sobre nuestros problemas y nos disponemos a resolverlos por nuestras propias fuerzas, comienza el triunfo de la vida sobre la muerte.

Las mujeres colombianas necesitamos el apoyo de nuestras hermanas de todo el continente, de todo el mundo en verdad y esperamos que el encuentro de mujeres de Argentina pueda pronunciarse a favor de la paz que tanto nos cuesta construir en Colombia.

Las mujeres colombianas somos las principales víctimas de la violencia en nuestro país. Sea porque morimos nosotras o porque mueren nuestros hijos. A mí me mataron una niña de apenas 7 añitos.

Seguramente ustedes conocen el proceso de paz. Pero lo que no se ha difundido con igual fuerza es que la paz está en peligro. La masacre esta semana de 15 campesinos en el municipio de Tumaco (departamento de Nariño) que se oponían a la erradicación forzada de los cultivos de coca y exigían la construcción participativa de un programa de sustitución voluntaria, tal como se establece en el Acuerdo Final, es una de las expresiones más dolorosas e indignantes que dan cuenta de la alerta señalada.

Pero, así como el gobierno mata como parte del proceso de erradicación de la coca los paramilitares lo hacen para obligarnos a sembrarla. Y entonces nos encontramos entre dos fuegos. Y el gobierno no cumple tampoco con erradicar a los grupos asesinos que circulan por todo el país pero sobre todo por el valle del Cauca, que antes se conocía como la capital del cielo.

El dolor que nos embarga, ante estos crímenes nos lleva a pedirles que se pronuncien exigiendo que el gobierno de Juan Manuel Santos cumpla con los compromisos pactados. El balance del proceso de implementación de los Acuerdos de Paz resulta a toda luz desalentador y expresa el anquilosamiento de las clases dominantes, que encuentran en una efectiva implementación de lo acordado una amenaza a sus privilegios.

El incumplimiento por parte del gobierno colombiano, así como los anuncios desde diferentes actores políticos sobre la necesidad de “Revisar lo acordado” y en el peor de los casos de “hacer trizas el acuerdo”, advierte de la incapacidad, o mejor aún la reticencia, de las clases dominantes a construir los mínimos para una convivencia pacífica. Esta posición retardataria denota como lo señalan las valiosas reflexiones de Pablo González Casanova, Mario Arrubla Yepes, Diego Montaña Cuéllar, Ruy Mauro Marini, entre otros, sobre el carácter colonialista y dependentista de estas clases dirigentes.

El peligro en que está la paz, requiere de la vitalidad del movimiento popular colombiano. Pero también del apoyo internacional que nos presten. Ojala que vuestro encuentro pueda pronunciarse en este sentido.