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Cine y replana en la canción criolla

Publicado: 2017-12-22

Era un tiempo en que hasta los diarios más populares tenían alguna seriedad periodística. Las noticias políticas eran las que destacaban. No las policiales como ahora. Y sin embargo se tomaban algunas libertades: poner replana por ejemplo. Todo comenzó un 9 de diciembre de 1950 cuando Raúl Villarán, director de Última Hora decide cambiar de formato y sorprende a todos con el titular "Chinos como cancha en el paralelo 38" aludiendo a la creciente presencia de la China comunista en Corea, causó un aumento súbito de su circulación. Última Hora fue el primer diario en usar el lenguaje popular en el Perú. En 1953, La Crónica lanzó dos ediciones, una llamada La Segunda, que no llegó a prosperar, y La Tercera, que se convirtió en un éxito de ventas debido a su enfoque deportivo y popular. 

En 1955 de la mano de Mario Cavagnaro la replana llega a la canción criolla. Basta ver algunos de sus títulos para dar cuenta del fenómeno: "Afane otro estofao", "Carretas, aquí es el tono", "Cutato ¿Por qué te baten?", "Yo la quería, patita", "Cántame ese vals, patita”. Es a partir de estas dos últimas canciones que se realiza un cortometraje dirigido por el argentino Paul Salvatore y producida por el “Carreta” Jorge Pérez, que será el gran intérprete de las canciones replaneras de Cavagnaro.

El “Carreta” Jorge Pérez había comenzado en verdad como empleado bancario. Trabajaba en el Banco de Crédito. En esa época en Radio Colonial había un programa llamado “La hora bancaria”. Ahí se conoció con Lucho Garland, del Banco Internacional, con quien forma el dúo “Los troveros criollos” que ganan un concurso en América Televisión lo que los impulsa a dejar el banco para dedicarse en exclusiva a la canción criolla. Además de las canciones de Cavagnaro interpretaban, con la misma gracia, las de Serafina Quinteras: 

Vamos al Congreso a hacer firuletes,
una vida nueva vamos a empezar.
Vamos a rajarnos hasta los juanetes,
no defraudaremos la fe popular.

La crítica cinematográfica no fue muy generosa con la película. François Guzmán, uno de los periodistas clave de esos años dijo 

“Antes de examinar los cientos de defectos que tiene esta nueva película (?) nacional, seamos por un momento patrioteros y busquémosle primero sus virtudes... Tras haber visto dos veces el corto, le encontré solamente una: dura tres minutos”. 

Las divertidas, penetrantes e informadas columnas de François Guzmán ("De Hollywood...y de todas partes") en el diario Última Hora son básicas para entender el cine -en general, el espectáculo- que se veía y se hacía en el Perú de los años cincuenta y sesenta.

Desde los comentarios de François Guzmán podemos ver como transcurrieron esos tres minutos: Un joven camina por una calle. Repentinamente sale de una casa una muchacha; se cruza con el galán, hacen unos gestos y ella sigue su camino. El espectador debe entender que la muchacha, que después será descrita como “la gila más buenamoza del callejón” ha despreciado al galán y prefiere irse en un Cadillac que se aproxima a escena. El galán despreciado se dirige a un bar donde cuenta su historia: “Yo la quería patita”. Lo que sigue del corto es una propaganda al pisco. El actor Enrique Victoria se encarga de mostrar las virtudes del pisco Sol de Ica, auspiciador del corto.

En realidad la película no pasa de ser una anécdota del cine peruano. Además parece que las posibilidades técnicas no eran muchas. El sonido no sincroniza con el video si seguimos la crónica de François Guzmán. Pero si le sirvió a Cavagnaro para darse cuenta de que el tema servía para una secuencialidad. Y entonces compuso dos canciones más: “Te han visto por Orrantia” y "Cántame ese vals, patita”.

TE HAN VISTO POR ORRANTIA

Aprovechando la apertura de la Avenida Arequipa en el Centenario de la Independencia los sectores más modernizadores de la aristocracia limeña comenzaron la construcción de lo que hoy es el distrito de San Isidro.

En 1920 se formó la Compañía Urbanizadora San Isidro Limitada, encomendándose el proyecto de urbanización al escultor Manuel Piqueras Cotolí, que concibió un plano variado e irregular con el afán de conseguir un barrio pintoresco y seguramente con la ilusión de que presentara un aspecto arquitectónico de cierta unidad y carácter. La primera urbanización se extendió alrededor de El Olivar a lo largo de la Av. Conquistadores y del óvalo de la cuadra 28 de la Av. Arequipa. En 1924 se autorizó la urbanización Orrantia, que constituyó un barrio de importancia con una avenida de primera categoría, como la Av. Javier Prado.

El protagonista de la canción va a este nuevo barrio a buscar a la mujer que alguna vez amo. Pero le aclara que no viene a hablar de amor: “Ya todo eso está olvidado/ Como todas las cosas, que no tienen valor”. Sigue una admiración por las formas de vida que tiene la doña: finca con balcón, carrazo y remata con una noticia que se contrapone tanto a esos lujos que “quizá ya no te interesa”: “ayer tu madrecita/ murió en el callejón”

CANTAME ESE VALS PATITA

El tercer vals del recorrido se hace desde el recuerdo de “Yo la quería patita”:

Cantame ese vals hermano
que pusiste el otro dia
cantame ese vals patita
que se parece a mi vida

Ha pasado el tiempo y el protagonista no ha sido capaz de olvidar. Al contrario, sigue yendo a la cantina a tomar hasta embriagarse: Patita hace tiempo estoy tan triste,/ que busco en cada esquina un par de tragos / ya estoy acostumbrado a sus estragos /yo que nunca fui firme pa' el alcohol”.


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Me sale espuma

"Quiero escribir, pero me sale espuma"