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La brujería limeña

Publicado: 2018-01-24

Desde Julio del año pasado viene saliendo Lima bruja una revista que intenta recoger las expresiones culturales criollas de nuestra ciudad.  

Son números monográficos, cada uno tiene un tema central y variaciones sobre el mismo. El primer número se tituló “Lima pintoresca ciudad de los reyes”. En su página central se habla de la fundación de la ciudad y de las influencias española y africana de su cultura local. Pero un recorrido por sus páginas nos habla más de una ciudad de plebeyos que de reyes. Va paseando por los distintos aportes musicales de nuestra ciudad: el cajón, el festejo, el vals, la marinera, la zamacueca. Los aportes más importantes están dados por la siempre informada y recordad Chalena Vásquez. Luz Gutiérrez, directora del Conjunto Nacional de Folklore se refiere a los cambios culturales permanentes en nuestra ciudad, mucho más heterogénea que las provincias por obra de la migración. Y, para cerrar, la revista se extiende a lo que se llama la región Lima-provincias, con danzas y música normalmente desconocidas en la metrópoli limeña.

El segundo número (septiembre 2017) se dedicó a los a los ritmos negros del Perú: el zapateo, el ingá, el toro mata, el landó. También lleva dos homenajes: a Nicomedes Santa Cruz y a Susana Baca. Un aspecto importante de la revista es la posibilidad de encontrar en ella el pensar y el sentir de importantes cultores de nuestra cultura popular: Antonio Vilchez, Gabriel Figueroa, “Huevito” Lovatón, el recordado y ya ausente Jorge Luis Medina, Teobaldo Carrillo, Orlando “Lalo” Izquierdo, entre otros.

Dos son los temas que se desarrollan en el tercer número (enero 2018): la marinera limeña y la Catedral del Criollismo. Temas relacionados porque en la Catedral y en El Sabor de la Marinera son los dos únicos sitios donde se sigue cultivando la jarana como se conocía antes. Esta vez los artículos son más extensos porque la propia revista ha ganado en volumen. Prácticamente se ha duplicado. Entre los criollos hay quienes insisten en el tema de que la marinera tendría origen africano, sin precisar que parte del continente. La revista, en el artículo de Daniel Díaz Benavides sirve para aclarar que los cantos de jarana son “de versificación propia del siglo de oro de la literatura hispana”. En otras notas he precisado que en verdad hay que buscar los orígenes en las Palmas Canarias como refiere una de las marineras más conocidas: “Palmero sube a la palma”. Las Palmas son, en efecto, unas islas africanas pero además muy hispanas. Nuevamente la lista de autores es importante: José Francisco Vallejos, Henry Medina, Sergio Salas, Fred Rohner, Alex Álvarez, Sergio Castro García, Joel Peredo, Daniel Díaz Benavides y una nota sobre la Catedral del Criollismo de su impulsor: Wendor Salgado.

Un abrazo y mis deseos de mayores éxitos a Gabriel Figueroa, director de la revista


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