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Habla Barrio: Barrios Altos desde dentro

Un libro escrito por la propia gente

Publicado: 2018-04-17

En este blog hemos hablado varias veces de Barrios Altos. Pero todo lo dicho ha sido lección aprendida. Hemos, por ejemplo, acompañado a una astrónoma en sus investigaciones sobre la Piedra Horadada. Pero ni ella ni yo vivimos en Barrios Altos, aunque yo me acuerdo de la tía Lastenia que ahí vivía y de Pamela que cantaba en las serenatas a la Virgen del Carmen. En Historias de mi Barrio: Barrios Altos María Teresa Palacios Paiva hace un bonito recuerdo de cómo son las celebraciones de la virgen y lo hace, como ocurre en todo el libro, desde el pensar y el sentir de los que en esa zona de nuestra ciudad vivieron, jugaron, trabajaron, se enamoraron. 

Incluso hay quien se expresa en décimas que es como sentimos los poetas populares. Bien por Albino Bernal. Albino, concurrente asiduo de La Catedral del Criollismo, es de los pocos en el libro que ni vivió ni trabajó en Barrios Altos, pero su sentir criollo lo lleva a un espacio

que mantiene aún intactos
tesoros encantadores
de grandes compositores
que vieron ahí la luz
y oraron ante una cruz
para calmar sus dolores

Barrios Altos, quién no ha pasado por ahí. Ahí está el Congreso y el Museo de la Inquisición. La Maternidad de Lima, el primer sitio en el que estuve, y el Cementerio, donde pronto llegare. Ahí está el Hospital Dos de Mayo del que nos habla Augusto Lostaunau Moscol en su ensayo sobre los “Barrios Altos y la historia de la salud en Lima” incluido en el libro y la Casa Nacional de la Moneda que Fátima Rodríguez Serra recuerda por el tiempo que trabajó ahí. Eran tiempos de estabilidad laboral. Uno creía que iba a morir trabajando en el mismo sitio. Todavía no se había inventado el precariado. Y, sin dejar de luchar por nuestros derechos, uno le agarraba cariño al sitio. Después del colegio eran los amigos que te acompañarían por siempre.

Pero los Barrios Altos era algo más que eso. Era una historia, o muchas historias en verdad, que se contaban desde tiempos inmemorables. Historias que ninguno de nosotros ha vivido de tan viejas que son. O que se han vivido de otra forma, como los alumnos del colegio Alipio Ponce que esperan la aparición de almas en pena. Julio Lossio, que terminó ahí su secundaria, no se quedó con la curiosidad y se dio el tiempo de investigar la historia. Se remonta al siglo XVI cuando parte de Barrios Altos era “Cercado de Indios” y donde hoy es el colegio era la espalda de la Iglesia Santiago del Cercado donde enterraban a los fieles. Así que menudos muertos debe haber bajo las carpetas. Lossio nos cuenta bastante más de la historia de esta parte de la ciudad pero es cosa de que lean el ensayo.

Historias más recientes son las que ocurren en las quintas. Porque los Barrios Altos son un espacio de quintas, enormes filas de casas que aprovechan el terreno al máximo y que unen más a la gente. “Los niños jugaban por las tardes, después del colegio y los jóvenes rockeros y salseros salían por las noches para hacer hora ya sea conversando en algún pasadizo de la quinta o en el patio principal de La Confianza” que así se llamaba donde vivió y jugó pelota Ignacio Medrano.

Son historias que valen la pena recordar. Y de estas hay más en el libro que no voy a seguir reseñando porque me quiero quedar en algo que dice Medrano. La muerte de un barrio. El capitalismo que arrasa con todo lo que es vivo “Moles de cemento que ocupan las calles estrechas de antaño y que por alguna lucrativa razón se imponen”. Los barrios en Lima están desapareciendo y el proyecto cultural que realiza Caserita Cartonera es importante por eso. Para conservar la memoria de que en la ciudad también se puede vivir en comunidad.

Estaba terminando este artículo cuando me encontré un post en el FB de Anahí Vasquez de Velasco que merece ser el final de nuestra reflexión:

Barrios Altos como bien cultural debería pensarse en primer lugar por el derecho a la memoria de la población, primero residente y segundo flotante (¿o aun no caemos en que cada vez tenemos menos sentido de memoria histórica en toditas sus etapas y que eso nos ha traído pésimas consecuencias?). Mientras se piense la ciudad como recurso que explotar más será la fuga de vecinos, que por cierto son quienes conservan tradiciones, o sea la esencia del lugar. Encima es un lugar que exige resolución de graves problemas de salud, vivienda y trabajo.

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Me sale espuma

"Quiero escribir, pero me sale espuma"