Jinre Guevara es de los que gusta de zaherir al poder. En sus décimas encontramos algunos nombres malqueridos. Esa es, en realidad, una tarea fácil en un país en el que "presidiario" es el futuro de "presidente". Lo hacemos todos los decimistas y pesimistas (esos que, como yo, queremos hacer décimas y nos salen pésimas). No es ahí donde vamos a encontrar el sello personal de Guevara. Lo encontramos en el tono ecológico de sus textos. 

Cuando hablamos de ecología en lo primero en que pensamos es en nuestra relación con la naturaleza. Y de eso hay mucho. Varias veces lo he dicho: los provincianos tienen una relación privilegiada con la naturaleza que se hace notar en sus canciones. Y Guevara es cajamarquino, así que no podía escaparse de la norma. Así "Yaku Mama" es un poema dedicado a Máxima Acuña pero sobre todo a la laguna que ella defiende. La laguna y su defensora se hacen una unidad en los versos iniciales "Sagrada unción de la altura/ mítico espejo de Sol/ en los rostros de arrebol/ se dibuja tu alma pura". 

No es solo en las luchas campesinas donde Guevara encuentra su relación con la naturaleza. Muchas de sus figuras son tomadas de la flora y fauna. Por ejemplo, cuando habla de la amistad, la compara con una flor: "también se abona, se riega" o cuando quiere describir la patria grande americana nos habla de "el llano, selva y ande". Pero, como han denunciado colectivos políticos, el COVID es producto de nuestras agresiones a la naturaleza. Y en décima queda aún más claro que en discurso cientifico

¡Sí, somos los agresores

de este mundo en que vivimos

al que hoy han vuelto los trinos

de los pájaros cantores.

Sirvan pues estos dolores

para entender que la vida

no debe ser agredida 

por la injusta indiferencia, 

la "elegante" prepotencia

o la indignación dormida

En realidad el ser cajamarquino, más allá del diálogo entre Arguedas y López Albujar sobre el tema, marca mucho la historia personal de Jinre y el libro mismo. El título Del campo a la ciudad es una clara referencia a la migración, al viaje diría Víctor Vimos.  La presencia de la madre shilica, en la caratula y en la dedicatoria, también es parte de esta relación con el terruño. Pero Guevara, como muchos otros, es un cajamarquino afincado en Lima, para ser más precisos en San Martín, barrio al que le dedica una décima. Y la ecología no es sólo nuestra relación con las otras naturalezas. También entre nosotros, como parte de ella. No es extraño entonces que le dedique algunas décimas al barrio: "El amor de los amigos/ se forja desde la infancia/ allá en la lejana estancia/ del barrio, como testigo". O en general a la Lima plebeya: "Mi pueblo vende en la esquina/ en los buses, caminando/ octosílabos gritando/ entre gritos y bocina".

Hablando de la forja de relaciones humanas ecológicas, no podía dejar de estar presente la canción. Nuevamente, tiene relación estrecha con la vida de Jinre como parte de "Los Cholos". Tiene toda una sección dedicada a la música. Pero quizá sea más interesante mencionar el poema "Rojo" en el que mezcla (por rojos justamente) a los poetas que se leen (Vallejo, Heraud, Arguedas) con los que se escuchan (Pinglo, Rose, Acosta Ojeda) y a todos ellos con los obreros, los jornaleros, los jubilados, los hombres de a pie que, todos juntos, están construyendo el futuro.